5/5/09

Callos en las manos

Fin de semana de callos en las manos de tanto aplaudir. Y no es para menos, pues en las tardes-noches tanto del sábado como del domingo fui obsequiado con dos de los mayores espectáculos que mis miopes retinas han visto en su puta vida.

El sábado, el chorreo. Los goles contra el Madrid son celebrados con una rabia especial y violenta, que mucha gente descarga contra el mobiliario urbano de Barcelona. Yo prefiero saltar, hacer butifarras a la tele cuando enfocan a Casillas y aplaudir a rabiar. Aplaudir hasta hacerme daño. Con el gol de Puyol las palmas de mis manos ya estaban haciéndose el plan de pensiones. Así que con los 4 que quedaban ya directamente murieron.

Y el domingo, descubrí que el teatro puede ser alucinante. Lástima que sea el más caro de los hobbys, porque se debería ir más a menudo. La obra, como no podía ser otra, fue Sweeney Todd. Impresionante montaje, impresionantes actores, todos unos cracks, y (esto ya lo sabíamos) un argumento y unas canciones que ponen los pelos de punta. Tras ver peli y obra de teatro puedo decir que el mérito de Tim Burton no lo es tanto, que la obra de teatro es una maravilla por sí sola y tito Burton se dedicó simplemente a adaptarla con maestría. Además, me atrevería a decir que la peli está suavizada: la obra de teatro es más salvaje, más violenta, más incorrecta. Los chorros de "sangre" pueden alcanzar al público. Y por supuesto, pudimos al fin pillar todas esas coñas que en la peli se nos perdían por nuestra falta de dominio del inglés del siglo XVIII...

Anécdotas: había 3 tipos de público. Los burgueses que van al teatro cada domingo, entrajados ellos, enjolladas ellas, que siempre se ponen en primera fila (me río de pensar que sus carísimos trajes habrán quedado salpicados de "sangre", XD). La gente normal, que va al teatro cuando puede. Y los frikis de Tim Burton, el grupo al que pertenecía yo sin ninguna duda, y al que pertenecían también las quinceañeras góticas que teníamos detrás (sí, las típicas del bolso de Jack Skellington).

Y claro, como hacía 6 años que no iba al teatro, no me acordaba que al final de una obra que te ha entusiasmado es tradición aplaudir durante más de ¡¡10 minutos!! a los actores y músicos. Mis manos aún se estaban acordando de Puyol y compañía, pero hicieron el esfuerzo, ya que la obra merecía eso y más. Obra que recomiendo a todo el mundo, ya que es la obra TOTAL: con humor, con tragedia, con gore, con personajes carismáticos, con buena música...

Otra anécdota: he leído que querían grabar la obra en DVD, pero que no se puede porque una persona tiene los derechos sobre todas las representaciones de Sweeney Todd que se hacen en el mundo. ¿Quién? Tito Burton otra vez.

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